El nazismo vuelve a Europa

Con eso de vivir apanojado de la vida no me enteré hasta ayer por la noche de la gran noticia: Los ministros del Interior de la UE aprueban la retención de datos en las comunicaciones. Hoy ya lo he visto en Barrapunto, Asociación de internautas y Libertad Digital (y no se ve mucho más en Google News).

Si lo aprueba el parlamento europeo (crucemos los dedos), todo lo que hagas quedará registrado: A quien llamas o intentas llamar, con quien hablas, a qué horas te conectas, por dónde navegas, con quien intercambias correo, con quien chateas, qué descargas... Lo divertido es que en la noticia de LD escriben "En ningún caso se tendrá acceso al contenido de las llamadas o comunicaciones electrónicas". Pero entonces, ¿para qué coño sirve? Si el contenido no se ve, el resto es inútil. O eso, o nos mienten como cabrones.

¿Y el coste? Lo asumen las operadoras, no sea que estos malditos burócratas malnacidos con sueldo de árbitros de primera división tengan que rebajarse el sueldo. Hijos de la gran puta. Mi recomendación es que desde el momento en que se ponga en marcha, cada hora hagamos un ping a todas nuestras agendas telefónicas; llamadas perdidas que quedarán registradas, ocuparán recursos y costarán pasta. A ver si así las telecos se ponen las pilas. Y por supuesto, dimisión de Alonso, el ministro español del ramo. Por cobarde y traidor... y todo lo anterior.

Ah, y ésta no es la única medida nazi que se puede dar en la UE estos días.