Locuras mortales
La peña, como decía antes, está fatal. Y la religión, como el rol, es a la locura como una tarta para un diabético: una bomba con cronómetro rojo y, sobre todo, luminoso. Quien quiera milagros, que vaya a Fátima (aunque haberlos, haylos... la mayoría de aquella manera). Por cierto, para los curiosos y ya que hablamos de locuras relacionadas con lo divino, un viejo apunte de un blog que recomiendo encarecidamente: Los monarcas europeos descienden de Dios.
Off-topic: Estoy repasando posts pendientes y leo en Menéame que en Valencia se celebrará, celebró, o canceló, un concierto neonazi y viendo los comentarios me asalta la duda: Los que se llenan la boca hablando de libertad de expresión con grupos pro-terroristas, ¿de qué coño se quejan?